SÚPLICA A LA NACIÓN: ¡NO A LA PENA DE MUERTE!

Hoy quiero utilizar este espacio para expresar mi preocupación por las propuestas que a favor de la pena de muerte se han estado planteando a lo largo del país, mediante diversos medios de comunicación e incluso como puntos “fuertes” esgrimidos por algunos partidos políticos (qué tristeza, nunca pensé que en algún momento de mi existencia esto me preocuparía). Mi postura es absoluta, total y definitivamente

EN  CONTRA

Y me gustaría a través de este medio y de los que sean posibles apelar a la conciencia, a la lógica, al sentido común, al humanismo, pero sobre todo a la inteligencia de la ciudadanía mexicana para que no apoyen este tipo de propuestas por ningún motivo. Desde hace varios meses quise hablar de este tema y no me había sido posible por cuestiones de tiempo. El darme cuenta que hay ya demasiada gente en este país que está abiertamente a favor de esta condena retrógrada me hizo pensar en lo poco que puedo hacer, por lo menos mediante mis palabras para tratar de salvar lo poco que queda de bueno en el sistema de justicia, si es que algo bueno existe todavía.

En primer lugar, por favor dense cuenta de que la pena de muerte fue abolida en este país desde hace muchos años: la imposición de la misma equivaldría a un retroceso social, moral, humanitario, jurídico, espiritual. ¿Acaso ya olvidaron a la inquisición? Parecería que todos los que abogan por la pena de muerte desearan que “el santo oficio” regresara a nuestro país y con ello la crueldad, las injusticias, la muerte, la tortura y la destrucción que caracterizaron a la época colonial… ¿es ahí a donde quieren volver? Espero que no porque la tendencia social es modernizar al país y no devolverlo al oscurantismo. Si en algo México aventaja a “potencias mundiales” como Estados Unidos y China es en mantener una política en la que el gobierno no se sienta Dios y mucho menos tenga la bajeza de utilizar su nombre para matar.

El asesinar a los criminales no disminuiría el índice de violencia en este país, porque sería como cortar las ramas y los frutos de un árbol podrido y dejarle la raíz. La delincuencia solamente puede atacarse desde donde inicia: es necesario enfocarse en la formación de los seres humanos desde que son niños para que crezcan con una mentalidad sana, con valores y dignidad, y no creándoles un espíritu consumista que los haga crecer bajo la creencia de “debo obtener lo que quiero y vivir con los lujos que la sociedad de consumo me exige al precio que sea”. Estos tipos cometen todos sus crímenes solamente por dinero, porque es la única meta que se les ha enseñado a tener en la vida y sinceramente no creo que dejen de matar, robar, secuestrar o traficar con drogas solamente porque los amenacen de muerte: el dinero es su dios y por él viven y mueren, nada más les importa. Por obtenerlo están dispuestos a victimar pero también a sacrificarse, porque su ambición es mayor que cualquier otra cosa. Dudo que la muerte los atemorice.

Por otra parte habría que estar ciego para no darse cuenta de que en este país tan corrupto, con un sistema de justicia tan deshonesto en la que medio mundo está dispuesto a venderse, la pena de muerte no serviría más que para deshacerse de las personas que les estorben a los poderosos (de por sí lo hacen) aún cuando esas personas no hubieran cometido el mínimo delito… ¿y qué hay de la gente que por error o negligencia cae en la cárcel, pasa años adentro y después de algún tiempo la dejan salir con una mísera disculpa? ¿Los resucitarían para disculparse? ¡Por una sola persona que muriera injustamente bajo este régimen, vale la pena luchar en su contra! No puedo ni siquiera imaginarme que exista gente que piense siquiera en apoyar esta propuesta tan indigna e incoherente ¡ya no podemos caer más bajo como nación, como los individuos “pensantes” que presumimos ser y como sociedad!

¿Qué si los delincuentes merecen ser tratados con la misma crueldad con la que fueron capaces de tratar a su víctima? ¿Y quiénes somos nosotros para decir y decidir lo que merecen los delincuentes? ¿En qué momento y con qué privilegios nos tomamos el derecho de erigirnos en verdugos y jueces para dictar sentencias tales? ¡No, no somos nadie para hacerlo! ¡Aquél que es capaz de devolver crueldad con crueldad es igual de bajo y ruin que el que la inició! La violencia genera violencia y el mal se vence con el bien, ¡nunca con el mal! La gente se molesta y se indigna porque siente que la Comisión de Derechos Humanos aboga por los delincuentes y yo creo que tienen razón porque todos esos malvados que son capaces de secuestrar, matar y violar, en algún momento de sus vidas dejaron de ser humanos, ya no lo son más, pero ¿matarlos? ¿Les devolverá ese acto indigno la vida a sus víctimas? ¿Librará a alguien del dolor? ¿Hará mejores personas a sus jueces y a sus verdugos? Deberían simplemente encerrarlos para siempre, que no volvieran nunca a ser libres, de por sí su alma ya está condenada para la eternidad. Pensemos por un momento en lo que queremos ser: mounstros alimentados de odio y de rencor, máquinas de destrucción o simplemente humanos, valorando en todo lo que la palabra implica. Eso somos solamente: humanos. ¡Por favor, dejemos de creernos dioses, dejemos a un lado el egoísmo en beneficio de nuestro país y de nuestras almas!

Si bien la mayoría de los mexicanos no confiamos en la justicia impartida por los hombres, estoy segura de que somos también la mayoría quienes creemos en Dios. ¡Confiemos, pues en Él! La verdadera justicia vendrá solamente de su mano y como sus hijos que somos a Él no le parece que ninguna sociedad recurra a algo tan inicuo como la venganza con el pretexto de impartir “justicia” (otra razón más para despreciar a los gringos: ellos hasta el nombre de Dios utilizan para matar legal e ilegalmente porque se sienten los jueces del mundo). En uno de sus mandamientos nos indica “¡no matar!” y eso quiere decir NO MATAR. Así como quienes piensan que robar una uva es muy diferente a robar millones de dólares por ejemplo, pienso que el acto es en sí el mismo: ROBAR, hay que llamar a las cosas por su nombre. Quienes crean en el poder de la oración que no dejen de orar y que cuando tengan que hacer una pausa no la dediquen a desear ni con el pensamiento que en México se establezca la pena de muerte. Recurramos a quienes sea necesario: sacerdotes, pastores o cualquier tipo de líderes espirituales y religiosos en quienes confiemos. Quienes no crean en ellos, que recurran a los psicólogos,  o refugiémonos en el arte y en las cosas bellas que todavía hay en la vida y en el alma humana, pero no nos dejemos vencer por el odio ni por el rencor. ¡La venganza es un acto indecoroso y despreciable! ¿Por qué es más fácil de multiplicar el odio que el amor? Recordemos al propio Jesús que lejos de maldecir a los que lo torturaron y mataron se apiadó de ellos y los perdonó…a Gandhi que eligió vivir siempre con el alma llena de paz cuando pudo haber elegido vivir con odio. De eso se trata todo en la vida, de elegir, y aquí no hay más que dos opciones: construir o destruir. Para algunos tal vez no sea fácil, pero siempre es posible.

A los líderes de los partidos políticos yo les diría que tengan un poquito de vergüenza y no se aprovechen de la ignorancia, del dolor y del odio de la gente para que voten por ustedes. En realidad no les importan las víctimas caídas ni el dolor de sus familiares ni que se haga justicia, pero saben cómo aprovecharse de esa situación para obtener el voto y no hacen sino acrecentar esos sentimientos de venganza, realmente me dan pena. ¡Ofrézcanle a la gente cultura y educación, ofrézcanle la libertad necesaria para ya no ser esclavos del consumismo, para que dejen de comprar y de comprar y no piensen más en cosas materiales y dejen de matar y de secuestrar por ellas!

A las personas que han perdido a un ser querido en manos de estos criminales y que quieren vengarse, también les digo que me disculpen pero al desear para los delincuentes exactamente lo mismo que ellos les hicieron a sus familiares, están reflejando un alma y una mente igual de retorcidas, crueles y despiadadas que ellos. La ley del talión se quedó atrás hace millones de años y se quedó atrás precisamente por obsoleta e incivilizada. No le pidan a nadie que se ponga en su lugar o en el de sus familiares victimados si ustedes se están poniendo en el lugar del delincuente mismo desde el momento en que quieren lavar la sangre con sangre y renunciar a su condición humana. Nadie sino Dios les puede pedir que perdonen y eso es algo que solamente pueden consultar con su conciencia. Yo como mexicana les pido, les ruego, les suplico si es necesario que no permitan que este país se hunda más. Si ya de por sí tenemos del lado de “los malos” a los delincuentes y a los policías y políticos corruptos. Todo el que apoye la pena de muerte se unirá a ese bando y eso es lo que estos malvados quieren: una fisura por la que puedan entrar (¿más?), una división mediante la cual puedan vencer definitivamente a esta sociedad que parece debilitarse cada vez más y derrumbarse sobre las bases morales y de dignidad que algún día tuvo. ¿Que los delincuentes no la tienen? ¡Tengámoslas nosotros! ¿Porqué empeñarnos en pagarles con la misma moneda cuando eso significa rebajarnos, hacernos iguales o peor que ellos?

Yo sé que el dolor es un mal consejero, pero estoy segura de que todo ese dolor les será recompensado por Dios, Él no permitiría nunca que alguien sufriera sin aliviarle tarde o temprano, sin curarle las heridas con sus propias manos. Acerquémonos a Él, porque es la verdad más grande, más cercana, más absoluta, más amorosa y piadosa que tenemos. Su justicia es grande, certera y total. Y si todos esos delincuentes no son castigados en esta vida por sus congéneres, tarde o temprano hallarán un castigo terrible, un infierno que no sé si tiene fuego y demonios, pero en el que estoy segura sufrirán lo indecible, como ninguno de nosotros nos podemos imaginar.

Si pudiera participar en una campaña de forma activa en contra de la pena de muerte, lo haría sin pensarlo y me parecería injusto que se me dijera que esto significa “defender delincuentes”. No los defendería jamás porque lo que han hecho no se justifica con nada, porque sus actos y el vacío total que existe en el lugar en donde deberían de tener un alma me horrorizan igual que a cualquiera. Lo haría por defender a mi propio país de un retroceso que lo arrastraría cuesta abajo hacia la ignominia y el oprobio. Lo haría por no tener que verme nunca reflejada en una sociedad de la que tuviera que avergonzarme aún más, una sociedad que por venganza y odio aprobara la pena de muerte, aún cuando ello le significara degradarse.  Creo que entonces me dolería más que nunca vivir en este país.

Los héroes ya no existen. No podemos esperar a que un Miguel Hidalgo nos libere del dominio (¿o demonio?) imperialista o a que un Emiliano Zapata acabe con estos criminales a base nada más de valor. Los héroes, si queremos, podemos ser nosotros. Como adultos hagamos todo lo posible por educar a los niños que tengamos a nuestro lado: enseñémoslos a apreciar lo que realmente tiene valor, aquéllas cosas que NO se compran y que sin embargo permanecen en la eternidad. A despreciar el materialismo, a verlo como uno de los peores males de la humanidad. Y sobre todo, enseñémosles a comprar menos, y a vivir más.

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Una respuesta a SÚPLICA A LA NACIÓN: ¡NO A LA PENA DE MUERTE!

  1. Sabina dijo:

    ahora sumale, la legalizacion de las drogas, y el echo de que en mexico el homosexualismo ya es LEGAL, hace unos dias vi el anuncio de el partido verde de la pena de muerte, alguien habia rayado el logo de el partido verde con la insignia nazi, aunque no es racismo lo que estan haciendo, crei que fue una buena protesta, perdon por el atrevimiento, reenviare tu escrito a todos mis contactos…. por que aparte fijate que no hay en donde votar que estas en contra de ello, ya que en el letrero que pusieron los de el partido "ecologista" solo viene la opcion de, "si estas de acuerdo manda un mensaje a tal numero desde tu celular" pero y si no estoy de acuerdo a donde carajos marco no?….. bueno, lo enviare bajo el nombre de carely jara. ok? espero no te molestes y pondre el link de tu spaces. No estoy en contra por las mismas razones que tu al 100%, sino mas bien por que en E.U. nos han mostrado que muchas veces matan al equivocado, juzgan y matan sin estar seguros, imaginate y eso que ellos son mas correctos en eso de la ley, si se legaliza en mexico van a matar a lo pendejo a cualquier persona solo con tal de tener un culpable, a eso bueno sumale, que la peli de "BAILANDO EN LA OSCURIDAD" me impacto. Bye…..

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